sábado


17/11--
Ellas duermen en recovecos, quizás escuchen los pasos que dan mis dedos sobre esta carta.

A veces sentarme a escribir me resulta como volver a la infancia, donde en un mundo sin paredes podia ver, hacer, deshacer a mi gusto y forma cada reflexión carente de sonido; como ahora mismo, donde tratando de oirme, trantando de callarles..intento entretenerme tras un montón de letras que sólo quieren llevarme a alguna parte, donde no tenga tanto frio, y haya un mate dulce esperandome...
los minutos son eternos(siempre uso esta cualidad exagerada), tardan en aplastarse, pero se atropellan apresuradas cuando una de mis extremidades es intervenida por un factor externo y sin poder hilar dos ideas me adormezco en una silla,
-...tendría que haberle avisado a ella que tengo mucho sueño, o al menos no acobardarme y salir por esta puerta...pero ciertamente, no sé cómo volverme sola, ni quiero hacerlo, es que sólo espero un mate, o una caminata de escucha del viento sin malas intenciones.
corte-.
La pierna izquierda permanece dormida a pesar de los coros que provienen de mis frios, mis manos torpes como siempre se detenienen sin mirar frente a las letras que desafiantemente las enfrentan, y asi , una a una..entre amor y odio se acercan y se separan sistematicamente.

acto seguido,una de ellas se pone de pie (el silencio domina la sala), probablemente sea mi oportunidad para abandonar este estado climatico.
corte.-
...ocho minutos despues, las frazadas se rien de mi reflexion.
yo permanezco en esta silla, tan asi , tan madrugada-

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